NUEVO BLOG!

Luego de su extraña desaparición y de su estrepitoso fracaso como escritora de policiales, Jules vuelve a lo que mejor le sale...sufrir! Acudan a su nuevo grito de auxilio en el mundo blogger...

http://www.cabecita-de-novia.blogspot.com/

avatares...no hay que ser muy diestro para notarlo, quedará sin efecto hasta nuevo aviso...

... desde que abría los ojos por la mañana empezaba a esperarlo ya durante todo el día, acechaba todos los ruidos, se incorporaba sobresaltada, no le cabía en la cabeza que no llegara. Luego, a la hora de la puesta de sol, cada día más triste, ya lo único que deseaba era que llegara el día siguiente.


Gustave Flaubert, Madame Bovary.

jueves, 15 de enero de 2009

El largo adiós de Pantëre

Me voy de viaje nomás. En menos de dos días. La valija brilla por su ausencia y conociendo mi modus operandi, estimo que será armada el mismo Sábado, entre llantos desesperados y gritos de me falta tooodo!!!

Soy caótica, no me voy a enemistar justo ahora con tal condición. Ahora mismo me la imagino a Cecé clasificando sus bombachas en bolsitas zip-lock, a La Maga metiendo su placard entero en una valijota, a Tony frenética buscando asilo para su gato.

Ellas serán mis compañeras de viaje, como lo han sido hasta ahora. Mis amigas.

El destino es sólo un punto en un mapa que nunca hojeamos, ninguna sabe bien a dónde vamos, dónde dormiremos, nada, La Maga al volante y el humor del día decidirán nuestro itinerario.

Tengo una lista neurotizante en mi cabeza con el título de "cosas por hacer". Huelga decir que la escucho en medio de las mil listas y voces que suelen habitarme. Con lo cuál no tengo ni la menor idea de por dónde empezar...

Lo único que me alivia es saber que, mal preparada y todo, me voy. Justo ahora, cuando estoy a punto de desmoronarme, de disolverme, de enamorarme.

A veces pienso que mi vida es un libro y que yo, distraída, siempre me quedo releyendo la misma página. Es una pésima metáfora, pero me encanta leer, sepan disculpar.

Me enamoro y me voy, me abro y me cierro, me entrego y me pierdo. Y así va.

Y me resigno, en esta vida no me ha tocado en suerte un corazón corajudo, sino uno que siente la pérdida que habita en todo amor, la locura, el vértigo en la panza, y el dolor que punza el pecho. Será para la próxima, pienso.

Pero la verdad, qué lindo sería encontrar un sosiego, un abrazo en el que no sienta que muero.

A veces pienso en mi amigo y lloro. Casi con gratitud. Por confiar en mí, aún cuando yo me descreo completamente.

Uy, hoy me siento tan vulnerable.

¡Menos mal que me voy!

martes, 13 de enero de 2009

La Sprite de Totó

Totó se dejó su Sprite en mi heladera.

Recién me percaté de semejante detalle cuando la abrí en busca del culito de coca light que siempre queda del fin de semana, y, para mi sorpresa, sólo encontré la botellita medio vacía de Totó. Automáticamente me vino su imagen abriendola en bolas, mientras decía algo así como te dejo la sprite para la próxima vez que venga. Cuando la ví pensé...mmm esa es la sprite de Totó, mejor tomo agua. Entonces me escuché a mí misma... y me enfurecí...me dije estamos todos locos, desde cuando le asigno una provisión de mi heladera a alguién en esta casa. Y me la tomé de un saque.

El episodio de la gaseosa es una muestra más de la invasión del cinéfilo en mi vida.

Cómo no la vi venir, me pregunto. Cómo pasamos de una amistad torpe y sincera, a esta furia romántica y sexual que se desató en las últimas semanas. Creo que a Totó y a mí, el destino nos jugó una mala pasada. Nos traicionó, mejor dicho.

Cómo pasé de escuchar todas las desventuras de su ex novia, con total compasión, a sentirme celosa e insegura de sus cremas y perfumes que aún reposan en la estantería del baño del cinéfilo, no me lo explico.

Y la sprite y las cremas no son nada en comparación de ésto: me siento rara cuando duermo sin él.

A ver, quién carajo es este sujeto para entrometerse tanto en mi vida, con qué permiso, por dios.

Estoy furiosa.

Estoy asustada.

No seré, acaso, la chica de transición, que le da la autoestima necesaria para sobreponerse a una ruptura, a un ego despechado. Uf, yo tuve miles de esos sujetos. Y ahora observo como todas las estrellas se alinean para hacerme beber de mi propia medicina.

O peor, quién es Totó, con qué derecho se atreve a bajarme así las defensas. Yo también...

Y me indigno, porque siento que cada día enloquezco más y más, y le advierto...mirá que estoy loca, y él me dice, creo que puedo manejarlo.

Claro, como si él pudiera manejar lo que nadie pudo. Como si estuviese sola por elección y no porque uno a uno, mis novios se fueron dando portazos al grito de: Loca de mierda.

Sinceramente, no entiendo con que objeto se engaña, que espera encontrar en mí que no haya encontrado antes.

Me siento completamente indigna del amor, sé que no es muy de libro de autoayuda que lo diga, pero así es como me siento, cada día de mi vida.


Estas son las clásicas reflexiones de un alma fóbica puesta ante el abismo de la entrega amorosa...

martes, 6 de enero de 2009

Panic New Year

A Cecé y a mí, el año nuevo nos ha golpeado con la potencia de un cross directo hacia nuestras mandíbulas.

La mujer que al amor no se asoma, canta un bolero, y en eso estamos, asomadísimas lo más que podemos, al amor, o a la idea que de él nos hemos formado en estos años de batallas, o a ese vértigo tan parecido al pánico, con el que solemos identificarlo.

Por un lado Cecé, que es casi un fenómeno de la ciencia. En lo que a resistencias se refiere. Hace algunas semanas conoció a un muchacho...en una cena en lo de La Maga, nuestra única amiga casada. Cupido obró ipso facto, se vieron y hasta yo sentí los chispazos, fue algo de locos. Luego nadie se animó a intercambiar teléfonos y fue una lástima...pero eso no nos impidió determinar el nuevo estado civil de Cecé: enamorada. Y enarbolar al sujeto de maravillosas virtudes, y pronosticar un noviazgo inminente, y hasta elegir nombres para el inevitable fruto de tal unión.

Es que, a diferencia mía, Cecé no es para nada enamoradiza. Muy por el contrario, psicóloga ultra racional, sus affaires son tan esporádicos que cada vez que pronuncia el mantra: me gusta ese chico, nosotras no podemos hacer menos que descorchar botellas y agitar cocteleras.

El tema es que del frenesí entusiasta a la neurosis, hay un límite tan difuso. Y así es como de la celebración adolescente se pasa en un abrir y cerrar de ojos; al ataque de pánico.

Así fue, de hecho, la noche de año nuevo. La Maga hacía una fiesta en su jardín (no hace falta aclarar que todo el grupo hizo causa común con el celestinaje, y entonces se organiza evento de acá, evento de allá, con el fin de generar encuentros oh casuales, para aquellos que queremos enfáticamente que se amen). Cecé hizo su despampanante aparición, dificilmente podíamos respirar quienes la contemplábamos, estaba tan hermosa. Pero tenía un gesto inusual, estaba asustada, mi vida.

Y él mucho más...pobres. Cuestión que a la media hora Cecé nos pide las llaves del auto de Tony, acusando un leve malestar. Con Tony estábamos tan ebrias que tardamos en darnos cuenta del verdadero mal que aquejaba a Cecé, al rato de no verla, decidimos ir a buscarla.

Y allí estaba, chiquita, absolutamente panicosa, la piel herizada, sudando frío.

Nos fuimos de la fiesta inmediatamente, con la capa caída...

El amor y el pánico, para Cecé, van de la mano.

Y para mí otro tanto.

Ayer dormí con Mister T, y sentí nuevamente el vértigo, el pecho cedió, por unos segundos nada más, pero lo suficiente como para sentirme vulnerable el resto de la velada.

Y hoy me levanté feliz, y a media mañana, en la oficina, me enfurecí. Porque esto no estaba en mis planes, y es demasiado pronto para enfrentar la peligrosa inmensidad del otro. Porque cuando las barreras caen, dejo de ser yo misma, de estar en mi sano juicio.

Entonces tengo ganas de llorar por todo, y camino por calle conmoviéndome en cada esquina. Y mi rutina se trastorna de tal modo, que miro al señor del puesto de diarios, el mismo de todas las mañanas, y su existencia me aturde, y cada ser que me cruzo automáticamente día a día, ahora retorna a su condición de humano, brutalmente.

Y es desquiciante percibir toda la humanidad del mundo.