NUEVO BLOG!

Luego de su extraña desaparición y de su estrepitoso fracaso como escritora de policiales, Jules vuelve a lo que mejor le sale...sufrir! Acudan a su nuevo grito de auxilio en el mundo blogger...

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avatares...no hay que ser muy diestro para notarlo, quedará sin efecto hasta nuevo aviso...

... desde que abría los ojos por la mañana empezaba a esperarlo ya durante todo el día, acechaba todos los ruidos, se incorporaba sobresaltada, no le cabía en la cabeza que no llegara. Luego, a la hora de la puesta de sol, cada día más triste, ya lo único que deseaba era que llegara el día siguiente.


Gustave Flaubert, Madame Bovary.

jueves, 30 de octubre de 2008

La cita 3 am

La paradoja de estar solo, es que en el afan de no dejar espacio a la soledad, nos llenamos de actividades sociales, laborales, y afines. El efecto no deseado de tal hiperquinesis, es que si al día de hoy, algún sujeto llamase para coordinar una cita, tendría que darle turno para dentro de dos meses.

Ojo que tengo un millón de tiempos muertos a lo largo del día. En los que me como las uñas pensando que llamaría a tal o cuál candidato para generar un encuentro espontáneo. Pero vivimos en el Imperio de las Agendas, con lo cuál cualquier rapto de arrojo que pueda tener, cualquier mensaje loco que pueda mandar a desorbitadas horas, siempre cae en las redes del desencuentro: "ahora no puedo, lo dejamos para el sábado", "no, el sábado se me complica, tengo tai-chi y un té con compañeros de la primaria", "el domingo", "el domingo ensayo", y así va...

Quisiera tener el derecho de poder llamar a un muchacho a las tres de la mañana para decirle: "tomemos un helado" y que las heladerías estén abiertas. Pero no, todo conspira contra mi cariño insomne.

Hace poco una amiga me contó una experiencia muy perturbadora. Un domingo cualquiera ella estaba en la casa comiendose las uñas como me las como yo cada domingo. Cuando sólo por dejar correr el tiempo, entabla una conversación por chat con un contacto muy lejano, pseudo-desconocido. Las altas horas predispusieron a las sinceridades y terminaron, cuando no, hablando de sexo.

El desconocido le pide su teléfono para estimularse con su voz, y ella le responde, osada: "no, ésto sólo puede continuarse cara a cara", Entonces le pasa su dirección y es apretar enter y sentir que no va poder esperarlo en pie, que se desmaya.

El chico acude a la cita en un santiamén y ella lo recibe en pijama poco sexie.

Las caras eran levemente familiares, pero allí se terminaba toda la confianza. El sentado en el antebrazo del sillón, y ella en el piso, en el otro extremo del living. Sin hablarse, incómodos.

Me imagino que pensaría ella "en cinco minutos se va, con ésta química!" y él "en cinco minutos la avanzo, no me hice este viaje al divino botón"

No sé cuánto les llevó, pero del silencio pasaron sin escalas a las cuitas amorosas.

Al día siguiente, cuando nos encontramos para almorzar, ella estaba de irritante buen humor, con un semblante resplandeciente y proclamando las bondades del delivery de sexo.

Nunca más volvió a verlo. Y yo me pregunto si es posible repetir un encuentro tan extravagante, lógicamente en la reincidencia ya se genera un vínculo y lo particular de esa situación es que no había vínculo alguno. Eran dos extraños, dos animales.

A mí me dejó conmocionada, hay un universo paralelo de citas orbitando a la par de las más convencionales. La próxima vez que me conecte al chat voy a bloquear a todos mis contactos desconocidos, no vaya a ser cosa.

2 comentarios:

  1. Mirá que cuando hay hambre no hay chat duro...

    Igual yo al msn y a los desconocidos le tengo cierto respeto... uno nunca sabe cuando se esta cruzando con una mujer y cuando con una potencial candidata a titular de Cronica.

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  2. Estimo que este sujeto no era tan desconocido, habían pasado muchos años sí, pero ella sabía que no moriría en el intento.
    Es el mundo que nos toca vivir, es actualidad en el universo de las citas, y nos tenemos que adaptar a ello. Este amor ambivalente casi infantil por la virtualidad de hoy, nos lleva a cometer éstos arrojos y luego bloquear contactos. Creo que hay que perder el miedo y aceptar este nuevo camino cibernético.
    Una mujer con todas las letras hace lo que hizo tu amiga, envía la dirección y concluye con un cuerpo a cuerpo. Él acompañó muy bien también. Los aplaudo.

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